24 marzo 2011

cuerpos de papel, tacto de barra de labios.

Le miras,
te mira.
- Te quiero.
- Quiero estar así siempre me oyes, siempre.

Una noche sale
otra sales tú
no os veis, pero sabéis que estáis deseando que llegue un mensaje de esos largos largos que te hacen estar segura de que a la persona a la que has decidido entregar tu billete de acompañante, la has elegido bien uno de esos en los que no necesita escribir un te quiero o un te amo para demostrarte que lo que siente por ti es tan fuerte como lo que sientes tú, entonces te sientes realizada te sientes completada, lo lees como 3 veces más y te duermes con el móvil en la mano. Si no llega, te cuesta dormirte, aunque seguramente te despierte llamándote preguntándote como ha ido la noche o contándote la suya, entonces, te das cuenta de que no estás casi prestando atención, solo sabes que te ha llamado que vais a quedar y te va contar todo otra vez porque sabéis que lo único que queréis es veros.

Le miras,
te mira.

Y esto no se puede escribir, no hay palabra que describa lo que ocurre entre vosotros. Solo lo sabéis los dos. Nadie más.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario